Inversión privada en la etapa de transporte de energía eléctrica.  Por ahí sí. (Difícil de creer, pero creamos. Son nuevos tiempos)

El Gobierno de Javier Milei presentará un plan de obras prioritarias, por más de USD 6.600 millones, para mejorar la red de transporte eléctrico en varios puntos de la Argentina y mitigar los cortes de luz. Los proyectos serán financiados y ejecutados por empresas privadas a través de un esquema de concesión, por lo que no habrá costo para el Estado.

Las obras, que serán adjudicadas por licitación nacional e internacional, se solventarán mediante el cobro de un concepto en las tarifas de los usuarios que sean beneficiados por la nueva infraestructura pero una vez que sean completadas y estén en funcionamiento, según explicó la Secretaría de Energía. La intención de que el costo no sea trasladado a las facturas antes de su finalización fue uno de los puntos que retrasó el lanzamiento del plan de obras prioritarias.

Esto es cómo debe ser: Que sean las propias empresas del servicio las que hagan la inversión, con su propia plata, aunque pidan préstamos, y que la cobren al usuario cuando las obras estén finalizadas.  No como hasta ahora que el Estado o los usuarios pagan por obras que no se hacen o son parches que termina siendo más costosos e inútiles. Que los que se la llevaron con subsidios la devuelvan en obras trascendentes ahora.  Riesgo empresario, libre oferta y demanda. Capitalismo privado en serio. Que el mercado sea mercado de verdad SIN la protección del Estado.

Todo esto condicionado a que no suceda que los préstamos que van a pedir, los termine garantizando el Estado, con lo cual lo termina pagando el Estado, o sea, con la nuestra. Como ha sucedido hasta ahora. Así son los préstamos del BID y Banco Mundial. Que lloran pero nunca pierden. La Argentina termina pagando y endeudándose cada vez más.

También es condición que las facturas de luz sean facturas de luz y no un documento extorsivo de los municipios o de otras empresas o cooperativas que incluyen conceptos ajenos que la encarecen.

Que el gran cambio sea un gran cambio.

Las iniciativas buscan fortalecer el Sistema Argentino de Interconexión (SADI), mejorar la calidad del servicio eléctrico y eliminar cuellos de botella en el sistema de transmisión.

El plan que impulsa el Gobierno contempla la construcción y ampliación de estaciones transformadoras de 500 kilovoltios y la incorporación de 5.610 kilómetros de líneas nuevas, lo que representa un incremento del 38% respecto de la red existente.

El 35% de las instalaciones actuales están al final de su vida útil y que la última obra de alta tensión nacional se realizó en 2017, mientras que en el AMBA la última data de 2006. También subrayó que en los últimos seis años sólo se ejecutaron el 38% de las obras necesarias en transmisión eléctrica. Así lo señalamos en anterior nota respecto del actuar de Transener, de Mindlin-Enarsa.

“Las líneas de transporte eléctrico no acompañaron el crecimiento de la demanda: esta última subió un 20% en los últimos 10 años, mientras que las líneas de transporte de alta tensión apenas el 8%. Esto generó cuellos de botella y un sistema fuertemente saturado

Desde el sector energético, advierten que la falta de mantenimiento es una de las principales causas de los cortes masivos. En los últimos años, las inversiones en infraestructura eléctrica han sido insuficientes debido a un esquema tarifario que no permitió cubrir costos. Aunque el Gobierno de Milei avanzó en la recomposición de tarifas, el impacto en la calidad del servicio aún no se percibe.

Quiero creer que esto se va a ejecutar y que las empresas cambien su mentalidad de sostenerse gracias al Estado, la cultura de no arriesgar, de sostenerse bajo el calorcito de funcionarios amigos (y socios) y asuman el capitalismo de libre mercado que predican, sin hipocresía.

Por Walter Hego para El Informante – Energía, Oil & Gas y Minería

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